Plantillas personalizadas.

1. DEPORTIVAS


Aconsejamos a todo deportista amateur o profesional que se realicen un estudio biomecánico preventivo y, en el caso de tener que utilizar una plantilla deportiva, acompañarlo de un seguimiento del tratamiento para prevenir posibles lesiones y plan de entrenamiento. Buscamos resolver su dolencia, mejorar su rendimiento deportivo y, en algunos casos, mejorar su marca. El objetivo principal es poder practicar la actividad deportiva con la máxima seguridad y prevención articular y muscular.

2. PIE VALGO


El pie valgo es una alteración funcional, que está favorecida por la laxitud del ligamento interóseo, produciéndose el valgo o pronación del retropié, que es compensado por la supinación del antepié. La laxitud de los tendones y ligamentos de la parte interna del pie, desestabilizan el arco interno, encontrándonos  por tanto un  aplanamiento de la bóveda plantar. Esto nos produce una imagen de pie plano cuando nos encontramos en carga.

Es muy característico en la edad infantil, debido a la laxitud músculo-ligamentosa que a estas edades presentan los niños.

Hasta los tres años presentan este tipo de pies, debido a la gran bolsa adiposa que protege las estructuras cartilaginosas de lo que será el pie y la laxitud ligamentosa.

No hay que  permitir que el niño, pasada esa edad, mantenga esa desviación hacia adentro del pie, ya que repercutirá en la maduración de otros segmentos articulares, como puede ser la rodilla, produciendo imagen de rodillas en X (Genu Valgo). Este mal posicionamiento repercutirá en la manera de caminar o correr del niño y es cuando empieza a surgir  las preocupaciones de los padres si se cae frecuentemente el niño o si es un poco torpe.

Nosotros tenemos la opinión que el tratamiento,  según el grado de afectación, puede iniciarse a los dos y tres años, dado que entonces el niño ya presenta una marcha ágil.

Este tipo de pie causa cansancio, esguinces y alteraciones de los dedos. Nunca debemos olvidar que una deformidad flexible mantenida durante tiempo, al final se convierte en una deformidad rígida.

El pie valgo produce una  desviación del eje del antepié y del talón y, ya sea con inestabilidad o rigidez de las articulaciones del pie, altera la relación de los huesos del pie y debilita toda la estructura mecánica de la extremidad inferior, implicando una alteración en la orientación postural de tobillo, rodilla y cadera.

Este tipo de pie directamente nos implica un cambio en la biomecánica del individuo, actuando directamente en un fallo de los mecanismos de amortiguación del pie y funcionamiento  músculo-articular, con posibilidad de presentar desgastes articulares prematuros y lesiones músculo-ligamentosas. El pie valgo lo podemos asociar directamente  con juanetes, tendinitis de tibial posterior, patología de menisco externo, síndrome  del piramidal, lumbalgias y otros.

3. PIE CAVO


El pie cavo es una alteración estructural del pie que presenta una bóveda plantar aumentada. Existen varios grados de pie cavo, en función de la elevación del arco.

Esta morfología se asocia a la aparición de tendinitis en el tendón de Aquiles. Puede ir asociada a talalgias (dolor en talones), frecuentes esguinces y torceduras, dolor en el arco del pie (fascitis), lumbalgias frecuentes (sobre todo en  trabajos estáticos y de muchas horas de estar de pie), metatarsalgias (dolor debajo de los dedos) o dedos en garra que son producidos por el desequilibrio muscular que genera el pie cavo.

Debemos tener en cuenta que los pacientes con este tipo de pie suelen presentar una hipertonía (exceso de contracción) muscular y tienen los grupos musculares acortados, en especial el sistema flexor que corresponde al aquíleo-plantar y con acortamiento de los isquiotibiales, que les hace difícil el poder tocarse los pies con las piernas juntas y totalmente estiradas. De esta forma, el centro de gravedad de su pelvis varía y les condiciona toda la biomecánica de la marcha.

Por todo ello, nuestras plantillas para pie cavo se basan en compensar y evitar la tensión de la fascia plantar, provocando un estiramiento de los músculos intrínsecos plantares para mejorar el apoyo de los dedos, además de descargar la tensión del tendón de Aquiles.

4. PIE PLANO


El pie plano es una alteración estructural del pie, en el que lo más llamativo es la disminución o desaparición de lo que llamamos bóveda plantar, teniendo como consecuencia una lista de patologías subyacentes de la misma.

El hecho de apoyar con el pie en forma plana, sin arco, con desviación del eje del antepié y del talón, ya sea con inestabilidad o rigidez de las articulaciones del pie, altera la relación de los huesos del pie y debilita toda la estructura mecánica de la extremidad inferior, implicando una alteración en la orientación postural de los segmentos articulares (tobillo, rodilla, cadera).

Este tipo de pie implica un cambio en la biomecánica del individuo actuando directamente en un fallo de los mecanismos de amortiguación del pie y funcionamiento músculo articular con posibilidad de presentar desgastes articulares prematuros y lesiones musculo-ligamentosas.

El pie plano lo podemos asociar directamente con juanetes, tendinitis de tibial posterior, patología de menisco externo, síndrome  del piramidal, lumbalgias y otros.


5. PIE DIABÉTICO


Los pacientes diabéticos con patologías añadidas, como neuropatía periférica (falta de sensibilidad en los pies), deberían realizarse un estudio preventivo para detectar zonas de excesivas presiones que puedan derivar en problemas mucho mayores, como úlceras plantares. A este tipo de pacientes se le confeccionan unas plantillas de descarga para aliviar zonas de una presión extrema y así impedir la deformación posterior del pie.

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